Dentro del mundo del regalo empresarial podemos encontrar una diversa y casi inagotable variedad de motivos disponibles para elegir; hablamos desde vestuario, accesorios de oficina o para el coche, artículos de ocio hasta objetos propios del cuidado de la higiene. Las razones que pueden llevar a una empresa o marca a invertir en obsequios empresariales o publicitarios son también muchas, aunque fundamentalmente es posible reducir todo a la idea de estrechar lazos entre quien efectúa el regalo y quien lo recibe. Es la forma en que, por la presencia del logotipo o el slogan caracteristico de una compañía en el artículo mismo o por lo referencial del objeto hacia la marca en cuestión, las empresas refuerzan su presencia en hogares y lugares de trabajo. Un regalo empresarial cumple su propósito cuando transmite y recuerda a las personas las virtudes de una compañía estimulando la confianza por la marca. Propongase recorrer de un vistazo su escritorio o la sala en la que se encuentra y probablemente dara con uno o dos artículos. Los orígenes pueden ser de lo mas variado; desde ferias comerciales, cursos, capacitaciones, aniversarios de fechas importantes, eventos, etc.
De cualquier manera, si decidimos invertir en regalos empresariales, ya sea por ejemplo para publicitar el logotipo de nuestra compañía o en miras de lanzar un nuevo producto al mercado, las empresas de marketing (y sobre todo aquellas especializadas en la producción de obsequios empresariales) disponen de largos inventarios de objetos de distinto tipo. Bastan cinco minutos de acceso a internet para dar con estos listados y comprobar que hay desde objetos de lo más ordinario y cotidiano como ceniceros, pendrives o tazas de café hasta objetos estrafalarios o modernos como paraguas con mangos de catanas, hornallas USB o costosos regalos VIP como vajilla de cristal. Es curioso como en los últimos tiempos, en busca de innovación la oferta de artículos se ha aumentado y radicalizado perdiendo de vista, pareciera, que el fin detrás de estos regalos se ha mantenido invariable: simplemente se trata de una cuestión de presencia y honesta comunicación con el agasajado.
En esta pluralidad de opciones no hay malos o buenos regalos, sino malos o buenos asesoramientos. Es decir, lo que hará que un regalo sea fantástico o mediocre no está en si en la naturaleza del regalo sino en la ecuación entorno a él. Se debe atender por supuesto al ineludible hecho de que si todas las marcas o compañías pudiesen obsequiar autos de alta gama como símbolo de fidelidad a todos sus clientes o yates personalizados a todos sus empleados para fortalecer la comunicación y premiar el esfuerzo lo cierto es que no sería necesario llevar a cabo ninguna estrategia de marketing. Por ello, si pensamos oportunamente los objetivos a alcanzar, el plazo para ello y la cantidad de recursos que podemos asignar daremos seguramente con el regalo correcto y tendremos el éxito garantizado.
Sin dudas, una buena estrategia publicitaria o de comunicación tendrá a bien considerar el carácter del público que tenemos en mente cuando pensamos nuestro regalo. De hecho, muchas veces cuando regalamos cosas en nuestra vida cotidiana no tenemos en cuenta este componente y en ello radica el fracaso del obsequio; ¿cuántas veces hemos comprado vinos caros para una cena o para agasajar a alguien y, llegado el momento, caemos en la cuenta que al final nuestro agasajado no toma bebidas con alcohol o prefiere vinos de otro tipo? ¿Cuántas veces elegimos con convencimiento y asesorados un juguete para un hijo o un sobrino o nieto para finalmente y nos encontramos con que prefería otro juguete o que simplemente deseaba un libro o videojuego del mismo precio o inferior?
Podemos ver esta última problemática de la misma manera que con un regalo navideño. Las ultimas semanas del año suele estar teñidas por un tiempo reflexión, de cierre de procesos, de agradecer el sacrificio y premiar el esfuerzo ya sea dentro del contexto familiar y conyugal como en el laboral o corporativo.
Cuantas veces y a último momento nos hemos visto formado parte de esos grandes contingentes de personas que se amuchan en las tiendas o colapsan las páginas de venta on line, invirtiendo tiempo y dinero para no descuidar a ninguno de los que la costumbre obliga agasajar. En las empresas, desde las grandes corporaciones multinacionales hasta las más nuevas y modestas pymes, vemos a empleadores invirtiendo grandes sumas de capital en cajas navideñas u otras modalidades similares de atención de fin de año. Nos encontramos con que en la mayoría de los casos quienes invierten en estas cajas de delicatesen navideñas desconocen su contenido, el cual las más de las veces está orientado a un público general e indiferenciado: así como evidentemente no resulta lo mismo un regalo navideño para un adulto o un niño o un adolescente, para nuestros hijos o nuestra pareja, lo mismo ocurrirá con los receptores de nuestro regalo empresarial o corporativo; no será lo mismo que se trate de un cliente ocasional, de un proveedor, de un empleado de planta o de un socio. Lo que hará que el regalo navideño dé en el blanco y saqué una sonrisa a la persona que queremos agasajar, es considerar sus gustos y necesidades y ser específicos y atentos en lo que regalamos . Al fin y al cabo, tanto en un regalo navideño como un regalo empresarial se trata de lo mismo: fortalecer el vínculo entre el que regala y quien recibe el regalo por medio de una atención.
Por último y no menos importante, es necesario evaluar y considerar qué tipo de imagen queremos construir de nuestra firma, marca o producto. Esto tampoco escapa a generalidad de cualquier regalo; si regalamos a nuestro hijo un video juego o un instrumento o una mascota produciremos distintos estímulos dependiendo del caso. Aquí tampoco es conveniente que las empresas busquen construir una imagen generalizada o idealizada de visión que tendrá de ellas el publico: cuanto más claros y simples seamos con respecto a lo que vamos a proyectar por medio del regalo más probable será que lo logremos. El foco debe estar puesto en resaltar lo mejor que tiene para ofrecer una compañía y destacar eso por medio de un artículo especializado.